viernes, 26 de junio de 2015

LOS NUEVOS DESAFÍOS DE LA RADIO EN EL PROCESO DE LA GLOBALIZACIÓN


LOS NUEVOS DESAFÍOS DE LA RADIO EN EL PROCESO DE LA GLOBALIZACIÓN



Resumen:
Grandes logros se ha obtenido gracias al aporte de esta nueva era de cambios y adelantos como lo es la globalización, para mejorar la calidad del proceso comunicativo y los instrumentos que intervienen en su realización.
La radio, pasó de ser un medio exclusivo en su ubicuidad e instantaneidad, a un medio que compite día a día con la televisión y la prensa.
El internet, y los nuevos dispositivos tecnológicos, ha conseguido elevar el grado de preferencia en la televisión, por los programas audiovisuales de actualidad y farándula, dejando atrás el mundo que ofrecía la radio, el de la imaginación.
La globalización y sus nuevos avances tecnológicos han permitido llevar una vida más cómoda, y la radio es uno de los medios a quien le ha sido más difícil adaptarse, pero gracias a la competitividad; factor que considero principal motor y motivo de una radio actualizada en fondo y forma; ha logrado sobrellevar éstos cambios bruscos, y busca en la actualidad asumir nuevos retos y transformarlos en realidades útiles y de calidad para ser ofrecido a una nueva audiencia cada vez más exigente.

Palabras claves:   Globalización, exclusividad, digitalización, competitividad, desafíos.


Las nuevas herramientas tecnológicas en un mundo cada vez más globalizado e interconectado han generado en los últimos años cambios importantes en el proceso de la comunicación, obligando así, a los medios masivos de comunicación a renovarse  para no quedar obstaculizados por la competencia por no mantener y aumentar su audiencia.
La radio es uno de los medios que da cuenta de esa brusca y permanente transformación para adaptarse a los cambios que las nuevas tecnologías han incorporado en el medio haciendo de nuestro mundo un entorno más competitivo.
Con el surgimiento de las imágenes y el sonido a través de las pantallas de la televisión, en la década de 1950, la radio se enfrentó a uno de sus primeros retos: renovarse o morir.
Y lo hizo dejando de ser un medio de programas y contenidos generales para pasar a ser una radio más particular y especializada.
Así comenzaron a surgir los programas y segmentos dedicados a determinadas audiencias, diversificando y segmentando sus contenidos.
Programas informativos, musicales, familiares, dirigidos a jóvenes, a los de la tercera edad, religiosos; diversificando categorías de programas musicales (criollos, rock, música del recuerdo, especiales de artistas, en español o en inglés, de salsa, entre otros).
Con la llegada de internet y la nueva era de la información, la radio se ve nuevamente enfrentada al desafío de transformarse para adaptarse a las exigencias de las tecnologías que hacen realidad la comunicación instantánea, eliminando las fronteras y estableciendo la interacción en las comunicaciones.



En este contexto, la comunicación digital se va imponiendo y ganando terreno planteando nuevos retos también a la radio.
¿Cuántas veces no se predijo en los años 50 y 60 la extinción de la radio? En la época de mayor auge de la televisión, muchos se atrevieron a señalar la nueva tecnología de información y comunicación como la señal del fin de la era de la radio. Sin embargo, los hechos nuevamente le restaron credibilidad a todos esos pronósticos. La radio demostró ser un medio de comunicación capaz de convivir en armonía con la imponente televisión, y se ha mantenido firme hasta la actualidad.
Incluso en los artefactos electrónicos, la supervivencia radica en la capacidad evolutiva, quizá esa ha sido una de las principales causas del éxito de la radiodifusión en nuestros días.
En ese salto de lo analógico a lo digital la evolución de la radio va afianzándose como un instrumento en transformación permanente que día a día tiene que reinventarse.
De ser un medio de comunicación tradicional, la radio ingresó al ciberespacio y comenzó a establecer una comunicación interactiva, a través de internet, innovando su programación con participación de los oyentes, sumándose a la agenda de temas de actualidad en forma permanente.
La digitalización de la radio ha abierto un abanico de posibilidades; tanto en su emisión y difusión como en el proceso de elaboración y producción; para difundirse y plantear nuevos escenarios en el entorno radiofónico.
Los nuevos dispositivos móviles han logrado sumar gran importancia dentro del proceso de radiofusión. La instantaneidad; aunque ya no es una característica exclusiva de la radio; es una de las ventajas al contar con estos instrumentos tecnológicos, y lo que antes era una limitación, ahora es una nueva ventana de posibilidades, pues facilita enviar o transmitir información en el momento preciso del hecho, de manera rápida y efectiva, desde lugares alejados de la civilización donde existe cobertura. La telefonía móvil y la unidad móvil, son dos intermediarios precisos entre la redacción y el profesional que se encuentra fuera de la redacción que aporta inmediatez, rapidez, intercomunicación y amplitud de cobertura. Jon Murelaga Ibarra. “Instrumentos y rutinas de trabajo del periodista radiofónico” (ed. 2004) Pg. 2.
Respecto al sistema de grabación, también ha evolucionado notoriamente. Si traemos a la mente unas décadas atrás, podremos recordar aquellas caseteras con cintillo, la que teníamos que rebobinar para grabar y escuchar lo grabado, ahora con la existencia de diversas grabadoras de mano, nos han facilitado el proceso de grabación, por ser pequeñas, útiles, portátiles y baratas, sin embargo aún nos ofrecen uno no tan buena calidad de sonido. Por otro lado, contamos con las grabadoras conectadas a micrófonos, emiten un sonido limpio, claro, pero su precio es más elevado. Si bien la calidad del sonido mejora con la radio digital, para muchos radioescuchas ello no justifica invertir en un aparato receptor de mayor valor. Hoy día, el costo de un receptor digital básico, bordea los 30 dólares y la competencia entre los fabricantes para lanzar aparatos de menor valor todavía es baja. “Queremos la digitalización pero que sea unproceso vinculado a las audiencias y a la oferta de receptores. Si la gente nose interesa por adquirir nuevos receptores, porque el salto tecnológico no estan visible como el de la televisión, va a ser más lento”.
El diseño de los formatos es otra de las claves de la radio moderna que nos presenta  digitalización. Hoy en día tenemos que reconvertir nuestras radios en herramientas nuevas con formatos de programas que respondan a la manera como nos vemos y retratamos a la sociedad en la que vivimos, formatos que respondan a las necesidades de la audiencia, formatos que brinden información útil y de calidad. Debemos ser innovadores en la presentación de los mismos, utilizar los programas de edición que vuelven más amigables y fáciles la manera de estructuras programas y buscar captar nuevos talentos que hoy no se encuentran fácilmente en el mercado. Debemos salir del ambiente limitado y rígido en el que vivimos durante mucho tiempo. La radio tiene que salir en busca de su audiencia, se acabó el tiempo en el que los oyentes venían y los gerentes y administradores así como los locutores disfrutaban del misterio que representaba una voz concentrada en un receptor. Hoy debemos buscar nuevos nichos imaginativos en oyentes nuevos y en espacios donde anteriormente no creíamos que fuera posible hallar quiénes nos fuercen a renovar.
Vivimos el siglo del conocimiento, el mismo ahora es portátil como la radio, cuya virtud de transportación fácil revolucionó el concepto de cercanía y desplazamiento de los medios. Sin embargo, hoy estamos lejos del oyente, confusos ante su lenguaje y dubitativos para innovar para usar las herramientas nuevas.
La globalización es un realidad y la radio nunca huyó de ella, siempre la vio como una manera de llegar más lejos, y en ese sentido la innovación tecnológica supone hoy con internet una maravillosa forma de acercarse a un público que vive lejos de las posibilidades tecnológicas y que hoy abarata notablemente las posibilidades de estar cerca de ellos. El  internet es una invitación para hacer de sus espacios una programación diferente. Ciertamente hay muchos impedimentos aún en la región, pero no sería mala idea comenzar a trabajar un lenguaje que nos permita ganar una audiencia.
Contamos con el factor principal para una radiofusión diferente, y es la voz, una voz mágica que debe trabajarse y ejercitarse para convertirse el imán de la audiencia. La voz es nuestro principal instrumento de trabajo, es el enlace con el oyente, el puente que materializa la comunicación con la audiencia.
Trabajando los tonos y timbres de voz, podremos lograr la preferencia y fidelidad de los oyentes.
“Los estudios también demuestran que aunque alguien nos guste al principio, la atracción puede desaparecer enseguida, por su forma de comunicación, especialmente a causa de su voz, porque lo más importante no es que alguien dice sino cómo lo dice” (Glass, 1994: 205-206).
De alguna manera, juzgamos a las personas no sólo por su imagen sino también por su voz. Las cualidades vocales resultan tan decisivas en las relaciones sociales y públicas que condicionan en gran medida a lo que los demás piensan de nosotros. Esas cualidades acústicas no son otras que el timbre, el tono, la intensidad y la duración. De todas éstas, una es esencial a la hora de distinguir no sólo comúnmente las voces sino para diferenciar entre las masculinas y las femeninas. Se trata del tono de voz. En primer lugar, cuando nos referimos a la voz de una persona, usualmente la calificamos de grave o aguda. Pero en segundo término, se trata de una cualidad vocal muy ligada al sexo de una persona que distingue con claridad una voz grave al tono del hombre de una voz más aguda al tono de mujer. Si las características de una voz y, en especial, el tono pueden condicionar las relaciones sociales, aún con mayor razón resultan decisivas en las relaciones comunicativas radiofónicas. La radio, basada sólo en el sonido, descubre en la voz su principal instrumento de transmisión de información y emociones. Por tanto, de la voz del locutor durante el proceso de emisión radiofónica depende que el objetivo último de comunicación con el oyente se logre. Si esta es su relevancia, entonces será interesante detenerse a reflexionar sobre el tipo de voz que nos cuenta las noticias en la radio y, en concreto, sobre el tono más agradable de esa voz para transmitir la información radiofónica y las posibles diferencias entre una voz masculina y una femenina.
Este nuevo desafío a través de la voz, se trata básicamente de que la voz debe ser agradable, que a la audiencia les gusta las voces graves o agudas, las consideren apropiadas, más acorde con las noticias, fuerte, más cómoda de escuchar, más inteligible, más clara y transparente, más seria y honda, más amable y más respetuosa. Además, de una voz acogedora, seria, natural, directa y suave sin llegar a ser agresiva ni débil. Por último, transmitir sensaciones de mayor credibilidad, seguridad, tranquilidad y veracidad. Rodríguez Bravo en su tesis afirma que: “Esta agradabilidad depende de forma importante de la armonicidad del timbre de la voz y de una actitud del locutor lo bastante tranquila y amistosa para que se consiga un sonido relajado y cálido”.
Otro nuevo desafío, presente en la radio desde su creación, ha sido la exposición de entrevistas, que pese a no emitir de manera visual al entrevistado, lo que se escucha deberá cubrir ese espacio que genera al oyente.
Lo esencial de una entrevista radiofónica es estimular a la persona que se ha escogido para que responda con interés respecto a algún tema que él o ella conozca, y que el entrevistador desconoce y que al igual que el público, desea conocer. Para ello se necesita ser consciente, de antemano, de que una entrevista radiofónica es totalmente diferente de una entrevista de investigación o de una conversación privada. Una entrevista radiofónica se hace siempre para terceros, o sea, para los invisibles oyentes que nos escuchan desde sus casas o centros de trabajo, por ende, es preciso conocer el tema y formular algunas preguntas previamente y las demás formularlas según las respuestas. Según Uwajeh (1996:91), la pregunta se define como: “Una construcción que tiene la fuerza ilocutiva de burcar información sobre algo; así, la fuerza ilocutiva de una pregunta es ni más ni menos que la intención del hablante de buscar información, comunicada a través de la construcción oracional pertinente”.
Durante la entrevista, lo más importante ahora es liberarse de todas las preparaciones y concentrarte en tu invitado, teniendo el tema de la entrevista perfectamente interiorizado.
Para la realización de una entrevista, que se mantenga interesante y sin espacios muertos, es necesario mantener una serie de recomendaciones:
-        Se debe realizar una pre entrevista, donde entrevistado y 
 entrevistador se conocen y conocen sobre lo que se va a hablar. 
De esta manera generar un clima de confianza y surja de 
manera fluida la entrevista.
-        Procura crear un buen clima de conversación, mostrar interés
 en el tema y participar de vez en cuando de él.  
-        Asumir la responsabilidad conscientemente de dirigir 
la entrevista, realizando preguntas o cortando cuando fuese necesario, pues recordemos que todo es para nuestros oyentes.
-         Realizar las preguntas cortas y claras, para permitir a nuestros entrevistados tener respuestas claras y concretas, sobre todo, obtener lo que deseamos escuchar.
-        Hacer cada vez una sola pregunta, para evitar enredos o que el entrevistado deje de responder alguna.
-        Hacer preguntas abiertas, que conlleven a varias respuestas, nos puede conducir a datos que desconocíamos completamente. Halperín (2005: 18) sostiene: “en todos los tipos de entrevistas hay un juego de confrontación que alcanza un punto máximo en las denominadas entrevistas de personaje y de declaraciones. En ellas, el periodista no sólo busca la cooperación del sujeto, sino que también debe avanzar en su contra, es decir, en aquello que el entrevistado no muestra e incluso desea ocultar: “(…)
-        Evita preguntas demasiado personales. Esto puede generar molestia en nuestros entrevistados y sobre todo, generar que evadan al comunicador.
-        En caso se dé evasión de preguntas, siempre debe conocerse sobre el tema, tener información adicional, datos estadísticos, casos verídicos que nos permitan llenar esos espacios muertos que surgen de manera espontánea.
-        Dirigirse siempre a nuestro invitado de forma personal y tratarlo respetuosamente.
-        No empezar nunca con frases como “eeemmm”, o “estoooooo” manifiestan  nerviosismo o inseguridad.
-        Preguntar por hechos concretos y por experiencias.
-        No soltar nunca el micrófono, pues el entrevistador puede adueñarse de él y decir cosas desagradables o explayarse demasiado, y que estando en vivo es difícil de controlar, por límite de tiempo u el horario en que se emite.
-        Escucha bien y reacciona a aquello que se ha dicho, la idea no es 
seguir un orden específico, si no, generar nuevas preguntas de 
las respuestas que se obtienen.
-         No te aísles a hacer una pregunta cuya respuesta ya conoces, 
estás preguntando para unos oyentes y quizás quieres que el
 entrevistado explique algo con sus propias palabras y que el oyente
 deba conocer.

Charaudeau (1997:158) sostiene: “la pregunta actúa como recurso provocador del acontecimiento, a través de ella el periodista intenta lograr una respuesta que pueda ser noticiosa”. Recordemos pues, que nuestra principal intensión como entrevistador, es profundizar algún tema que desconocemos y que el oyente desconoce, pero a la vez, trabajar para que dicha información sea noticiosa, que sea de interés social y pueda captar la atención de la audiencia.
La tecnología hoy nos permite ser dueños de nuestro propio cerebro y lengua, en ese sentido internet es el fin de muchas excusas en las cuales algunos encontraban fundamentos para sus teorías.
No obstante y como todo lo positivo, estas nuevas tecnologías también esconden su lado negativo, y es las demandas laborales y rutinas de trabajo que también han evolucionado debido a una clara competitividad en el ámbito de la comunicación y las nuevas exigencias manifestadas por la audiencia y que como comunicador uno debe asumirlas como desafíos satisfacer al oyente y satisfacerse como profesional… La introducción de las nuevas tecnologías modifica las condiciones laborales, al menos en tres aspectos a los que no pocas veces se oponen los empleados: por un lado reduce o congela plantillas y aumenta la capacidad de empleo. Por otro exige reciclaje y reconversiones profesionales y comienza a verse en emisoras pequeñas y con cortos presupuestos. Arturo Merayo Pérez, “Tecnología e información en la radio española en fin de siglo (Zer), editada por la Universidad del País Vasco, pg. 6.
Ya no estamos solos los medios tradicionales (radio, televisión y prensa escrita) hoy tenemos una nueva forma de comunicación con nuevos actores de comunicación. Los medios tradicionales viven hoy del internet. La radio sigue aprovechando sus ventajas tradicionales de portabilidad pero ya no tiene la exclusividad de los contenidos. El formato de comunicación auditiva hoy tiene que compartir por efecto de los teléfonos inteligentes con otras nuevas formas nuevas de hacer comunicación que hoy la audiencia tiende cada vez más a informarse y entretenerse “a la carta” con una posición ante los medios de ser reconocidos no más como la última parte de un proceso de comunicación.
Las nuevas audiencias se reconocen hoy con un status diferente al que teníamos antes, es activa, demandante y cada vez más infieles nos fuerzan desde la radio a la necesidad de construir programas que demandan creatividad y esfuerzo, es decir, son más exigentes.
Esa “sociedad del espectáculo” de la que hablaba Mario Vargas Llosa ha limitado extraordinariamente el potencial de la radio de comprender la profundidad de los cambios y buscar adaptarse a los mismos. Vivimos en una sociedad que enfrenta una triple crisis, la de identidad, los valores, y el desconocimiento de nuestro destino como comunicadores. Nos interpelamos si la radio puede continuar siendo la extensión original de la capacidad de crear mundos nuevos a través del lenguaje en un tiempo donde la capacidad expresiva de nuestros jóvenes se limita a 300 palabras de uso diario de un idioma como el español cuya riqueza expresiva supera los 50 mil términos. Esto ha llevado a que la comunicación se reduzca hoy a interjecciones, gritos, desplantes o expresiones chabacanas intentando llamar la atención de las audiencias por la bajeza expresiva y visceral antes que por la capacidad de construir contenidos más útiles, vínculos más amplios en el placer que la expresión verbal supone en la comunicación de las personas. La comunicación en este contexto puede llevarnos a vivir en ese mundo moderno donde todos creen que pueden comunicarse en idiomas distintos aunque finalmente no logren entenderse como debieran. La radio se enfrenta a este dilema de manera grave. Necesitamos identificarnos con un tiempo limitado verbalmente y al mismo tiempo interpretarlo de una manera más profunda y amplia. Somos como hablamos y nos definimos por la extensión y capacidad del lenguaje. Hay un deseo de saber y muchas veces estamos confundidos, perplejos y enojados con un tiempo que no nos permite saber más y actuar en consecuencia. La radio identificado con el buen uso del lenguaje y que incluso relacionó el buen decir con una marca del propio idioma es hoy casi una utopía perdida en la noche de los tiempos.